VERSÍCULOS DE SANTIDAD
La santidad es un tema muy importante en la Biblia y es un llamado para todos los creyentes a ser separados del mundo y a vivir una vida que refleje el carácter de Dios. A través de los versículos bíblicos, podemos entender la importancia de la santidad y cómo podemos cultivarla en nuestra propia vida.
Versículos de santidad
1 Pedro 1:15-16 dice: "Pero así como aquel que os llamó es santo, también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: 'Sed santos, porque yo soy santo'". Este versículo nos muestra que Dios es santo y que, como sus hijos, debemos esforzarnos por reflejar esa santidad en nuestras vidas.
Otro versículo importante sobre la santidad se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:3-4: "Pues esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santificación y honor". Este versículo nos muestra que la santidad es la voluntad de Dios para nuestras vidas y que es fundamental apartarnos del pecado para cultivarla.
Romanos 12:1-2 dice: "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". Este versículo nos muestra que la santidad no solo se trata de abstenernos del pecado, sino también de renovar nuestra mente para que podamos conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Finalmente, Efesios 1:4 dice: "según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él". Este versículo nos muestra que la santidad es un regalo de Dios para nosotros y que él nos ha escogido para ser santos y sin mancha delante de él.
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Estos versículos nos muestran la importancia de la santidad en la vida del creyente y cómo podemos cultivarla. Debemos esforzarnos por reflejar la santidad de Dios en nuestras vidas, apartarnos del pecado, renovar nuestra mente y recordar que la santidad es un regalo de Dios para nosotros.
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