EN QUE CONSISTE LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPIRITU SANTO

En qué consiste la blasfemia contra el Espíritu Santo

La blasfemia contra el Espíritu Santo es un concepto, que en la biblia se menciona en Mateo 12:31-32 y Marcos 3:28-29 y que entre los creyentes de la fe cristiana se denomina como “el pecado imperdonable”.

Según los pasajes mencionados de la biblia, justo cuando Jesús, acabada de realizar un milagro, sanando a un hombre ciego y mudo, los fariseos, que fueron testigos oculares, comenzaron a cuestionar su poder; porque los presentes, repetían que él se trataba del tan esperado Mesías. Estos aseguraban que el poder de Jesús para el exorcismo no provenía de Dios, sino de Satanás.

Jesús, al escucharlos, refutó con argumentos totalmente válidos sus acusaciones, y procedió a hablarles sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo, mencionando que pese a que cualquier pecado puede ser perdonado, este sería el único imperdonable.

“Cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero cualquiera que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” - Mateo 12:31-32

Pero, ¿qué es lo que significa el término blasfemia exactamente?

Este término se utiliza para hacer referencia al pecado que comete una persona al maldecir y degradar a dios o a cualquiera de las cosas que tienen asociación directa con él. También se usa para definir la acción de atribuirle un mal a Dios.

¿Qué blasfemia contra el Espíritu Santo cometieron los fariseos?

La blasfemia contra el Espíritu Santo cometida por los fariseos fue decir que Jesús estaba obrando por medio de la gracia de un espíritu impuro. Esto lo dijeron incluso después de tener pruebas contundentes de que los milagros de Jesús fueron gracias al poder del Espíritu Santo.

En otras palabras, su blasfemia fue esa acusación de que Jesús estaba poseído por demonios y que por eso tenía el poder exorcizar a las personas.

La gravedad de sus palabras era muy grande, sobre todo porque tenían al hijo de Dios frente a ellos, eran testigos oculares de los milagros y porque las obras que estaban presenciando ya habían sido anunciadas por los profetas.

Los fariseos hicieron caso omiso a todas estas pruebas, en cambio, prefirieron desafiar el poder divino, no reconocer a Jesús como hijo de Dios y atribuir el poder del Espíritu Santo a Satanás y sus demonios.

Una persona que rechaza la gracia del Espíritu Santo con convicción no tiene perdón ahora, ni nunca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir